domingo, 26 de junio de 2011

Acefalia

Las voces venían de la noche. Parecía inspirado ese día, pero ¿porqué?, si no había visto un amanecer, una rosa abriéndose, nada. Como iba a poder inspirarse, si ni siquiera podía percibir. ¿Qué es la percepción? esa está difícil, considerando que aquí los sentidos no son mas que juegos ilusorios que se pierden en la oquedad de las paredes. Pero no divaguemos. El estaba inspirado, pero no sabia como ni porqué, no sabia que era la noche, que era una voz. Todo tan etéreo. Como siempre my dear. Pero todo se torna tan aburrido en este lugar. dejémonos de aburrimientos. el punto es que estaba inspirado, sin saber que es a inspiración. ¡No sabía que es la inspiración! ¿En que mundo vivimos? bueno si es que se le puede llamar mundo, bueno de la forma en que todos conciben la palabra mundo. Pero que hermoso sonaba lo que dijo, bueno no con palabras, se que suena trillado pero a veces las realidades ficticias son mas solubles que la realidad. Empezó a bailar después de decir eso, se mareó, cayó muerto, revivió y se fue a fumar un cigarrillo a la esquina. ¿interesante, no? Pero pongámonos a hablar de porque eso de Las voces venían de la noche son cosas imposibles: primero porque las voces no caminan, segundo la noche no existe y tercero, en un mundo habitado por personas sin cabeza, ¿como se va hablar y como se va a poder ver esa tal noche? Definitivamente todos están locos.

sábado, 11 de junio de 2011

Por qué escribimos


Uno hace versos y ama
la extraña risa de los niños,
el subsuelo del hombre
que en las ciudades ácidas disfraza su leyenda,
la instauración de la alegría
que profetiza el humo de las fábricas.

Uno tiene en las manos un pequeño país,
horribles fechas,
muertos como cuchillos exigentes,
obispos venenosos,
inmensos jóvenes de pie
sin más edad que la esperanza,
rebeldes panaderas con más poder que un lirio,
sastres como la vida,
páginas, novias,
esporádico pan , hijos enfermos,
abogados traidores
nietos de la sentencia y lo que fueron,
bodas desperdiciadas de impotente varón,
madre, pupilas, puentes,
rotas fotografías y programas.

Uno se va a morir,
mañana,
un año,
un mes sin pétalos dormidos;
disperso va a quedar bajo la tierra
y vendrán nuevos hombres
pidiendo panoramas.

Preguntarán qué fuimos,
quienes con llamas puras les antecedieron,
a quienes maldecir con el recuerdo.

Bien.
Eso hacemos:
custodiamos para ellos el tiempo que nos toca.


Roque Dalton

miércoles, 8 de junio de 2011

Divagaciones

Tú que me miras con tus ojos
como ventanales siempre abiertos a la muerte.
Tus dedos sedosos de alquitrán
que marchitan lo que tocan
y se pasean por la medula del árbol
y caen las hojas como caen tus parpados al guiñar
y todo se destruye por culpa de la ansiedad
de estar juntos,
y sin embargo estamos lejos
porque la ciudad nos separa como bruma,
como un mar...

domingo, 29 de mayo de 2011

ESCRIBIR.

Escribir es un acto tan difícil como fácil, tan democrático como dictatorial, tan fuerte como frágil. La situación no está en escribir para que me lean, para que me publiquen, está en la satisfacción propia de quien escribe. Claro está, que hay muchos oportunistas por ahí escriben por puro merchandising y de pronto se les ve ahí por todas las tiendas y supermercados de moda como una plaga más extensa que la plaga de langostas en Egipto. La situación mas difícil (depende de cómo se vea, si es investigador o un escritor anónimo, si es oportunista o investigador) es la elección del tema, se puede hablar fácilmente de muchas cosas, no digo que todo lo que se escribe es fácil de hacerlo, pues puedo narrar asunto de mi día a día y ser más difícil que escribir una crónica o una novela. Hay temas que definitvamente entran en un cliché tan trillado que parece un sofrito quemado. El punto es que la pobreza, la prostitución, el narcotráfico, existirán siempre que no haya las condiciones (que muchos sabemos que no existen y que está más lejos que la próxima galaxia, que existan) para que dejen de existir. punto.

El problema de escribir es hacer interesante una historia, y es más fácil crear polémica que conciencia, crear morbo que conocimiento. Es más fácil escribir de un político con conexiones al narco que escribir de las prácticas perdidas en los parques, que la pérdida de la identidad. Es fácil hablar de la prostitución, del alcoholismo, que del joven que se sube todos los días a los buses a vender un producto, con un discurso ensayado durante horas, tan parecido un día tras otro. Es fácil hablar de la pobreza, pero intentar dar soluciones concretas, he ahí lo difícil.

Roque Dalton exponía en su poema “P.R.”: “¿Para qué debe servir la poesía revolucionaria? ¿Para hacer poetas o para hacer revolución?”, y aunque hablaba de la poesía puede (y debe) ser aplicado a las diferentes ramas de la escritura, llámese crónica, cuento, poema, novela, teatro, el punto de conflicto es eso, ¿La escritura es creadora de palabras o de acciones?