Divagaciones
Tú que me miras con tus ojos
como ventanales siempre abiertos a la muerte.
Tus dedos sedosos de alquitrán
que marchitan lo que tocan
y se pasean por la medula del árbol
y caen las hojas como caen tus parpados al guiñar
y todo se destruye por culpa de la ansiedad
de estar juntos,
y sin embargo estamos lejos
porque la ciudad nos separa como bruma,
como un mar...
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